sábado, 18 de mayo de 2013

La Escuela de Música de Lumbier Festeja sus 25 años




  

La Escuela de Música de Lumbier Festeja sus 25 años
Vive uno de sus mejores momentos y fortalece su vínculo con el pueblo
Esta tarde, las bandas txiki y haundi compartirán el escenario con Oskorri, como colofón de sus bodas de plata
 
El director, Daniel Aristu, entre sus alumnos de la banda txiki, prepara el concierto en el cine.
El director, Daniel Aristu, entre sus alumnos de la banda txiki, prepara el concierto en el cine.
El calendario de la celebración del 25º aniversario de la escuela de música de Lumbier avanza, y como colofón del final del curso esta tarde la banda txiki y la haundi compartirán escenario con Oskorri. El primer gran concierto, previsto para las 6 de la tarde en el frontón Rubén Aramendía, ha supuesto para los más pequeños el trabajo de todo el trimestre, y para los mayores, la posibilidad de interpretar conjuntamente sus conocidos temas. "Hemos crecido con sus canciones", expresan.
 
 
Lumbier. Unos y otros han pasado o están pasando todavía por las aulas de la escuela, que pasados 25 años desde que echara a andar vive hoy uno de sus mejores momentos. Cuenta con 98 alumnos y 148 matrículas en total, entre lenguaje musical e instrumento, con una amplia oferta. "El 95% de los chavales y chavalas del pueblo están aquí, metidos en la música, con gran motivación, unidos en un punto de encuentro. Esto forma parte de la vida del pueblo", asegura su director, Daniel Aristu, de 32 años, que también se forjó en ella, de donde salió al conservatorio superior Pablo Sarasate para estudiar la carrera de trompeta.
 
La gran tradición musical de esta localidad y la transmisión generacional cobra especial importancia en la génesis de este centro. Surgió en 1988, de la inquietud de un grupo de padres aficionados que acudían a formarse a Sangüesa. Sin local fijo, y sin nombre hasta que el Ayuntamiento se lo dio en 2010, a raíz de una moción de NaBai que lo tomó del pianista y compositor local Joaquín Larregla, no ha parado de crecer, y es un referente en la vida social y cultural de la localidad. La escuela ha posibilitado la formación y un cambio de estilo de txaranga y de banda con aire más joven. Sin duda, algo tendría que ver en ello la propia juventud de Aristu, que cogió la batuta, primero de la banda, con 21 años, hace ahora 12, y después se hizo cargo de la docencia como profesor de trompeta y de la dirección de la escuela, puesto que hoy compagina con su trabajo docente en Etxarri Aranatz. "Esta es una escuela joven que elige los temas y prepara los montajes prácticamente entre amigos. La música hace piña, une, disfrutamos e intentamos que con ello disfruten los demás", apunta Daniel Aristu.
 
La escuela cuenta con una banda txiki, compuesta por unos 35 alumnos de once a catorce años. De ella, tres o cuatro pasan cada curso a la grande, formada por 43 miembros. "De la escuela a la banda se perdían muchos, así el salto es más corto", explica el director.
 
Durante estos años ha logrado su objetivo: nutrir al pueblo de músicos. También establecerse físicamente entre el colegio y el cine. Cansados de ir con la música a otra parte, lograron que el Ayuntamiento habilitara unas salas para ellos. "Necesitamos del apoyo institucional para que esto siga adelante. De momento, las cuotas se mantienen, pero sabemos que los recortes llegarán", adelanta Aristu. A pesar de ello, una cosa está clara: la afición está asegurada.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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