miércoles, 5 de septiembre de 2012

Los jubilados cierran las fiestas con temas y bailes de toda la vida




  
Los jubilados cierran las fiestas con temas y bailes de toda la vida

José Javier Valencia y Mari Gil, Juan Pérez y Nieves Balda recibieron el homenaje del club de la Asunción
José Javier Valencia y Mari Gil, al pie del altar con los corporativos, el párroco y miembros del club.
José Javier Valencia y Mari Gil, al pie del altar con los corporativos, el párroco y miembros del club.

 Lumbier. Con la celebración del Día del Jubilado, Lumbier despidió sus fiestas patronales, que han gozado de un extraordinario ambiente a pesar del fuerte viento y del frío nocturno. Los mayores pasaron ayer a primera línea de la escena festiva y cumplieron con una apretada agenda, participando en una comida que reunió en el frontón a 130 comensales, animada por las canciones y bailes de siempre.
 
Como es habitual, a las dianas de charanga y gaiteros le siguió la misa en honor de los mayores presidida por el alcalde, Mauro Gogorcena (AIL), y los corporativos de su grupo. A su lado, también como es costumbre, ocuparon los primeros bancos los presidentes de los clubs de jubilados de Sangüesa y Aoiz, Matilde Lacasa y Salvador Rubín, y de los miembros de la junta directiva del propio centro de Nuestra Señora de la Asunción de Lumbier, impulsores del homenaje que se brinda a los socios que cumplen sus bodas de oro en el año.
 
En esta ocasión, el matrimonio formado por José Javier Valencia y Mari Gil, de 77 y 75 años respectivamente, fue el único que subió al altar a recoger el detalle de recuerdo. El club homenajeó asimismo a la pareja formada por Juan Pérez y Nieves Balda, que no pudieron acudir por motivos de salud. Al finalizar, el matrimonio recibió la felicitación de amigos y familiares en un acto sencillo "que se agradece, aunque este protagonismo cuesta lo suyo, pero yo personalmente soy de la opinión de que se deben mantener las costumbres del pueblo", explicaba Valencia.
 
   
Nuevo Reconocimiento Hablando de mayores y de homenajes, Mariano Garcés, el popular Marianico, fue objeto de otro reconocimiento por parte de la cuadrilla de Letrau, que le hizo entrega del Gatico de Plata 2012, realizado por Jesús Mari Irigoyen, por su labor desinteresada por la villa, en este caso por haber recogido la vida y costumbres con su cámara, y haber legado su importante tesoro al pueblo, en las manos de Eusebio Rebolé.
 
La cuadrilla visitó al fotógrafo y a su mujer, María San Miguel, en su casa de la calle Mayor, convertida en un pequeño museo con las imágenes de Garcés, para hacerle entrega del obsequio, agasajarles con un lunch, jotas y decirle que "sus fotos son una ventana abierta a las nuevas generaciones, para que conozcan e interpreten cómo fue la vida de sus antepasados".
 



Fuente: Noticias de Navarra



  

No hay comentarios:

Publicar un comentario