martes, 29 de noviembre de 2011

Premio Arquímedes para el lumbierino Daniel Leandro González

"El Gobierno no valora ni tener a investigadores por mil euros al mes"
Acaba de cumplir los 27 y pertenece a esa generación de sobrecualificados, los 'over qualified', como le decían en Sudáfrica. El lumbierino Daniel Leandro Gonzalez ha ganado el Premio Arquímedes del Ministerio de Educación con un trabajo sobre sensores de fibra óptica 


Daniel Leandro González, con su diploma.
Daniel Leandro González, con su diploma. (M.Z.)
Lumbier. Daniel Leandro González es vecino de Lumbier y el segundo hijo de Luis Leandro y Conchi González. Licenciado en Ingeniería de Telecomunicaciones por la UPNA (2010), se hizo con el primer Premio Arquímedes de Introducción a la Investigación Científica en la especialidad de Ingeniería-Arquitectura por su trabajo Multiplexación de sensores remotos mediante estructuras láser de fibra óptica, dirigido por el tutor Manuel López-Amo Sainz. Invertirá el premio de 9.000 euros en seguir formándose.
 
Satisfecho, realista y bastante modesto, aún avalado por prestigiosas publicaciones especializadas, alude a los términos que le resultan familiares con naturalidad: multiplexar, fibra óptica, sensores... Su proyecto, modificado y resumido con respecto al que expuso en la universidad, compitió con 24 trabajos universitarios de toda España en la décima edición del certamen organizado por el Ministerio de Educación para fomentar el espíritu investigador de los jóvenes, celebrado en Palencia entre el 21 y el 24 de noviembre.
 
¿En qué consiste su proyecto y en qué se diferencia?
 
En diseñar con fibra óptica un sistema que permita detectar sensores a gran distancia, 100 y 155 kilómetros, de forma remota mediante una estructura láser de fibra óptica. Es diferente porque es más largo de longitud, permite interrogar varios sensores remotamente. También por su diseño, permite interrogar a varios sensores con un mismo sistema. Es innovador, de menor coste y muy eficiente energéticamente.
 
¿Cuáles son sus aplicaciones?
 
Es muy útil en la detección de tsunamis y sismología, por la larga distancia a la que se encuentra el sensor, sin requerir ningún tipo de alimentación. También en aplicaciones aeroespaciales y en monitorizar oleoductos, gaseoductos y otras obras civiles.
 
¿El de la óptica es su campo?
 
Sí. Mi trabajo se ha desarrollado en el departamento de Comunicaciones Ópticas y Aplicaciones Electrónicas y además, estuve contratado cinco meses en este proyecto global de investigación que aproveché para mi proyecto y me hizo estar mucho más implicado y motivado.
 
¿Quién le ayuda?
 
Mi tutor, por supuesto, al que estoy muy agradecido y un equipo buenísimo de trabajo de laboratorio. Es un proyecto disfrutado y compartido donde yo aporto las ideas consideradas como muy interesantes y válidas, pero me falta la experiencia que adquiero en los ocho meses de su desarrollo, de abril a noviembre de 2010.
 
¿Qué le impulsó a participar en el certamen?
 
Sabía que tenía un buen proyecto, y estaba avalado por publicaciones de prestigio. Es un certamen de nivel que reconoce la labor investigadora. Me encontraba en Sudáfrica a donde viajé con mi novia, Zuriñe Eslava, socióloga y cooperante, para estudiar inglés, conocer el país y tratar de buscar algo de trabajo, tras ocho años de carrera. A pesar de las dificultades burocráticas y de infraestructuras, logré enviarlo
 
¿Pensaba ganar?
 
No, para nada, aunque yo creo en lo que hago, es un certamen de nivel en el que participa gente muy buena, sacrificada por la investigación con gran capacidad de trabajo.
 
Fuera de estos premios, ¿La investigación sigue sin reconocerse?
 
Por supuesto. Aquí lo que no da dinero ya se recorta, como la investigación. Recortar en este campo es fácil, por eso estamos tan estancados. Sin embargo, invertir en investigación es futuro casi por definición. El Gobierno no valora ni tener a investigadores por mil euros al mes.
 
Trabajar. ¿Difícil aquí, difícil allí?
 
Tenemos difícil trabajar y también seguir estudiando. Con la crisis, las becas predoctorales se han aplazado. El doctorado dura cuatro años y sin beca no lo haré.
 
¿En que invertirá el premio?
 
En el máster de Comunicaciones que comencé en septiembre, que es como el predoctoral de mi carrera.
 
¿Está motivado por el premio? ¿Cómo ve el futuro?
 
Ya lo creo, es muy motivador aunque no pienso que me vaya a abrir más puertas. Trabajar en lo que te gusta es muy importante, más que el dinero, pero si no es posible, trabajaré donde pueda. Me quedo con la satisfacción que me produce haber logrado descubrir que algo nuevo funciona. Lo que me ha dado este proyecto a nivel de un duro trabajo de investigación y de relaciones ya no me lo quita nadie. Y en cuanto a mi carrera, feliz. Valoro la formación y el estudio, que te ayuda mucho en la vida. A fin de cuentas, nos entrenan para resolver problemas y aprendemos constantemente a valorar.


Fuente: Diario de Noticias





  

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