sábado, 22 de octubre de 2011

La Jacetania se Resigna a Ver la A-21como Proyecto a Medio Plazo



  
La Jacetania se Resigna a Ver la A-21como Proyecto a Medio Plazo

Los coches estrenaron ayer el primer tramo aragonés de la A-21, cerca de Yesa. Foto:DIARIO DEL ALTO ARAGÓN
Jaca y su comarca, así como el resto del Pirineo oscense, seguirán estando lejos de Navarra y el Cantábrico, en términos de tiempo de viaje, pese a la apertura ayer de un tramo de la autovía A-21 en las cercanías del embalse de Yesa. El problema es que la nueva zona de vía rápida mide solo ocho kilómetros y sus dos extremos se conectan con la antigua general, la N-240, que sigue siendo tortuosa y estrecha. 
  
"Se trata de un paso positivo, sin duda", subrayó ayer Fernando Sánchez, presidente de la Asociación Turística de la Comarca de la Jacetania y alcalde de Canfranc. "Aun así, se trata de un tramo muy corto y pensamos que las ventajas de la nueva infraestructura no se notarán hasta que esté totalmente terminada", añadió.
  
En Navarrra están en servicio más de 30 kilómetros de la A-21, entre Pamplona y Lumbier, y a principios de enero se inaugurarán los últimos tramos, que llegan hasta el límite con la provincia de Zaragoza. Pero en Aragón hay 50 kilómetros en el aire, bien porque las obras avanzan muy lentamente o porque están paralizadas. Además, en algunos tramos, como ocurre en la variante de Jaca, ni siquiera se ha realizado la licitación.
  
"Está claro que la autovía solo se terminará a medio plazo", afirmó Sánchez, que aseguró que en la comarca de Jaca y en la del Alto Gállego "todo el mundo se ha hecho a la idea de que hay que seguir esperando", agregó.
  
VISITANTES De forma que una especie de resignación se ha instalado en los comerciantes y hosteleros, que están deseosos de que el Pirineo oscense esté por fin bien comunicado con Navarra, la Rioja y las comarcas del Cantábrico, en especial el País Vasco, de donde procede una gran parte de los visitantes.
  
La lentitud de las obras la pagarán el próximo invierno los esquiadores, que deberán seguir circulando por la N-240, una carretera de trazado anticuado y peligroso, sobre todo en la orilla derecha del embalse de Yesa.
Al menos, queda el consuelo de que el tramo ya abierto, entre el desvío de Artieda y el límite con la provincia de Huesca, permitirá abreviar mínimamente la duración del viaje y facilitará los adelantamientos en condiciones de seguridad. "Lo peor", señaló ayer Sánchez, "es que ni siquiera hay fechas ni plazos para el resto de la obra".






   

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